TIENDA
Infinity Mirror
Neones Led Acrílicos
Señalización del edificio
Letras de vídeo LED
Neones
Letras con bombillas
Letras LED
Letras de acero inoxidable
Letras gigantes independientes
Industrial metal letters
Pilones semáforos
Tipografía de letras en 3D
Letras prismáticas
Letras decorativas
American Dream
Noticias
Esta vez, el restaurante en Sopot ordenó en nuestra empresa la señalización externa en forma de un casetón luminoso, recomiendo a todos la cocina :)
Nuestra realización- casetón luminoso, dibond plata con letras espaciales anima a entrar en el restaurante :)
2019.05.24
Pretende
Los neones clásicos de vidrio – llenos de gas, con su luz característica y una noble nostalgia – dominaron las calles durante años. Todavía encantan con su estilo. Pero el mundo cambia, y también nuestras necesidades. No todos pueden permitirse la fragilidad del tubo de vidrio, especialmente en espacios activos como food trucks, festivales o tiendas dinámicas. En esos lugares, buscamos una alternativa. Así nacieron los neones LED: duraderos, flexibles y visualmente impactantes.
Pero “neón LED” es hoy un término demasiado amplio. En realidad, hablamos de dos mundos distintos: los neones LED acrílicos y los neones LED tipo flex. Aunque a primera vista parecen similares, su fabricación, durabilidad y estética son completamente diferentes.
Los neones LED acrílicos usan una tecnología impresionante: se fresan formas precisas en acrílico – letras, iconos, símbolos, incluso los detalles más pequeños. Luego se rellenan con luz LED – de alta calidad, suave y uniforme. ¿El resultado? Bordes limpios, profundidad y una reproducción perfecta del diseño. Puedes elegir hacia dónde va la luz – frontal, lateral, trasera o envolvente. Se puede jugar con el color – RGB, RGBW, transiciones, efectos halo. Total control para arquitectos y diseñadores.
¿Y el neón flex? Es simplemente una tira LED flexible encapsulada en silicona. Tiene una ventaja: se dobla y monta rápidamente. Pero eso es todo, si no se espera demasiado. No permite curvas precisas, no reproduce detalles, y simplifica siempre los diseños. Se ve más grueso, menos refinado, con menos impacto. Como neón publicitario, el flex no resiste la luz del día (literal y metafóricamente). En espacios profesionales, se ve barato.
El neón acrílico destaca por su fidelidad a las formas – letras y símbolos perfectamente reproducidos. ¿Durabilidad? Inigualable. El acrílico es resistente a impactos, no se rompe como el vidrio, y – muy importante – no es flexible como el flex. Su rigidez es una gran ventaja: es estable, no se deforma con la temperatura y es fácil de instalar con seguridad.
Además, el acrílico actúa como difusor de luz. Esto proporciona una iluminación suave, uniforme y agradable a la vista. Incluso a corta distancia, no molesta.
En cambio, el neón flex tiene lo opuesto. La silicona no difunde la luz de forma uniforme – especialmente los tonos azules se ven agresivos y molestos. Cansa la vista y arruina el diseño.
Además, es poco fiable – hecho con tiras LED baratas por metro. Se sobrecalienta, hace cortocircuito, se quema. El blanco puede volverse rosa y luego apagarse. Aparecen puntos oscuros – poco estéticos.
Desde lejos tampoco mejora – el brillo es artificial, las letras se confunden, el mensaje se pierde.
Un neón LED acrílico tiene un aspecto profesional. Gracias al pulido con fuego, su acabado es brillante y preciso. Parece un producto premium – evoca tanto el neón de vidrio elegante como letras volumétricas de lujo. Refuerza la imagen de marca.
¿El flex? Es solo una manguera doblada – cortada con cuchilla, pegada a mano, con imperfecciones visibles. Muy lejos de lo profesional. No sirve para proyectos premium. No inspira.
Por supuesto, en algunos casos la tira de neón LED cumple su función – es económica, fácil de instalar y decorativa. Pero si buscas calidad, durabilidad y una estética destacada – el neón LED acrílico no tiene competencia.
Es la luz de nueva generación: tecnología moderna con elegancia. Si quieres que tu espacio realmente destaque – elige una solución que esté a la altura.
2025.07.17
PRETENDE
Hay instalaciones que atraen la mirada… y otras que capturan por completo la atención. El infinity mirror pertenece a este segundo grupo. Es una ilusión en la que la luz parece desaparecer en la infinitud, creando un túnel hipnótico – aunque, en realidad, se encuentra en una estructura de apenas unos centímetros de grosor.
El efecto se logra combinando un espejo óptico con una claridad de reflejo perfecta y un vidrio reflectante semitransparente. Entre ellos funciona un sistema de iluminación LED de precisión, programable para crear transiciones suaves de color, patrones geométricos o animaciones dinámicas.
La luz se refleja múltiples veces y cada reflejo es más tenue – así se genera la ilusión de una profundidad infinita. Nuestro cerebro lo interpreta como un portal abierto a otra dimensión, donde la luz se mueve a su propio ritmo.
El infinity mirror puede ser más que una “ventana al infinito”. Con la configuración adecuada, es posible incorporar elementos holográficos que parecen flotar en el túnel. Puede ser un logotipo tridimensional, una forma abstracta o incluso una proyección animada que cambia con el tiempo.
La estructura de un infinity mirror no tiene que ser un marco rectangular. Puede adoptar cualquier forma – desde un círculo perfecto, pasando por ondas y polígonos, hasta formas complejas inspiradas en un logotipo o en un diseño artístico único. El único límite es la imaginación – el túnel de luz puede vestirse con una elegancia clásica o adquirir una forma futurista y escultórica.
Todo se fabrica con aluminio anodizado de alta calidad, acero inoxidable con acabado satinado o espejo, y vidrio óptico templado con bordes pulidos a mano. Cada elemento se perfecciona para garantizar un efecto puro, profundo e impactante desde cualquier perspectiva.
2025.08.14
PRETENDE
El neón del Hotel Katowice nunca fue un simple anuncio. Era un símbolo de toda una época: el característico resplandor azul sobre el centro de la ciudad y un elemento clave de la identidad visual de Katowice que acompañó a sus habitantes durante décadas. Cuando llegó el momento de revitalizar todo el edificio, el inversor se enfrentó a una decisión crucial: ¿cómo devolver la vida a un neón que todos recuerdan, pero que ya no podía restaurarse? Fue entonces cuando entró en acción el equipo de Pretende.
A pesar de su valor cultural, el antiguo neón no tenía posibilidad de una segunda vida. La chapa se desmoronaba al tocarla, la estructura estaba corroída por el óxido y los tubos de vidrio estaban agrietados e incompletos. Técnicamente era imposible restaurarlo de una manera que cumpliera con los estándares de seguridad actuales y con la calidad esperada por el inversor.
No se trataba de una simple renovación. Se trataba de preservar el espíritu de Katowice. Por eso decidimos crear una nueva estructura desde cero, manteniendo una fidelidad absoluta al original, centímetro por centímetro.
En los talleres y laboratorios de Pretende se creó un neón que es a la vez completamente nuevo y perfectamente reconocible para los habitantes. Cada letra fue reproducida siguiendo exactamente el original: proporciones, ángulos, curvaturas características y trazado del vidrio de neón a lo largo del contorno.
El color era un elemento fundamental. El emblemático tono azul que iluminó Katowice durante décadas fue recreado mediante un análisis digital del pigmento. ¿El resultado? Un azul idéntico al de entonces — pero aún más claro e intenso.
Aunque el efecto visual recuerda al pasado, la estructura fue creada con materiales diseñados para durar décadas. Las letras de aluminio — de aproximadamente 1,5 metros de altura — son resistentes a la corrosión y permanecen estables incluso con vientos fuertes. La pintura se aplicó en nuestro taller, donde las letras ocuparon todo el espacio de trabajo; se aplicaron dos capas para garantizar durabilidad y evitar la pérdida de color.
El mayor desafío artesanal fue el vidrio de neón. Fue moldeado a mano por un maestro con 35 años de experiencia, utilizando técnicas clásicas que hoy en día son muy poco comunes. Gracias a ello, el neón conserva su ligereza, su ritmo y ese brillo tan característico que ningún LED puede imitar.
Instalar un neón de este tamaño en el centro de Katowice requirió precisión excepcional y equipamiento especializado. Las letras, que superan los treinta metros de longitud, fueron montadas con una grúa de brazo extendido — la única en la ciudad capaz de alcanzar tal altura.
Cada movimiento tuvo que alinear perfectamente las letras para formar una línea recta y ser visible en el horizonte urbano tal como lo era originalmente. Cuando realizamos las primeras pruebas de iluminación al anochecer, quedó claro que el neón había regresado en toda su forma — como si nunca se hubiera apagado.
Hoy el neón del Hotel Katowice vuelve a iluminar la azotea del edificio y atrae miradas como lo hacía en sus mejores años. Se ve familiar, pero detrás de su luz hay tecnología moderna, una estructura sólida y un saber hacer que le permitirá brillar durante muchas décadas más.
Este proyecto no solo recrea la historia — la preserva. No es una simple reconstrucción, sino la continuación de un símbolo que ha pertenecido a la ciudad durante generaciones.
2025.12.02
PRETENDE